Se habla de la locura como un fundamento para la creación
del pensamiento filosófico, poniendo la manía como proveniente de lo divino,
tal como propone Sócrates en el discurso sobre la manía que se da en el Fedro y
que contrapone con el control o moderación. De esta manera Apolo es asignado
como una entidad con relación directa a la locura.
Debemos tener en cuenta las cuatro definiciones de la
locura para los griegos que son la profética y la mistérica, concedidas a Apolo
o a Dionisio y la poética y la erótica como variantes de las primeras dos y
aunque Nietzsche afirma como ente de locura única y exclusivamente a Dionisio
haciendo también consideración a su embriaguez, no debemos excluir el origen de
su definición en conjunción de la sabiduría y la manía que tenían los griegos,
poniendo esta última como primordial a la segunda y como identidad de Apolo.
Ahora el Laberinto, cuya simbología es típica de Grecia y
cuyo inventor vendría siendo Dédalo, nos lleva a concluir que su esencia radica
en un espacio que saca el animal que el hombre lleva dentro de sí, apelando a
la relación que tiene este con el mino-tauro y la animalización taurina de Dionisio
y generando un análisis histórico y relativo al nombramiento de los personajes
del mito relacionando a Dionisio con Hades y a Ariadna con Perséfone, no
obstante se da carácter al sentimiento instintivo-racional de Dionisio que
permite que Ariadna fuera asesinada por Artemisa, pero esto no impide que en
los documentos órficos se le dé una visión redentora y benévola a Dionisio ya
que este le da al hombre una enseñanza de desarraigo de lo corpóreo para
sumirse en lo metafísico y generando una analogía con Apolo y su carácter
infantil.
No obstante no se da una reacción convergente entre los
dos, dado que en las historias más antiguas se redimen de esto como ocurre en
el mito de Orfeo y su conversión de culto de Dionisio a Apolo luego de la
muerte de Eurídice, generando la ira del dios y conllevando a un castigo cruel.
Esto nos lleva a concluir que las bondades que tiene Dionisio van acompañadas
de su crueldad y maldad que como hombre-animal carga con sigo.
Si nos vamos a la postura de Nietzsche en cuanto a la
naturaleza de Apolo que según él es ensoñadora perfumada y analgésica a los
dolores terrenales podemos percibir una falta de conocimiento de este ante la
naturaleza doble de apolo, en la que sus bondades son representadas con la lira
y su dureza y peligrosidad en su arco, lo que lo postula como un Dios que ataca
desde lejos.
Esto nos conduce a cuestionar menos la manía de Apolo y
así, según la forma y origen del Dios nos lleva a considerar más profundamente
la relación de la locura con la sabiduría, siendo la primera un manifiesto
anterior a la otra.
La adivinación siempre toma importancia en las costumbres
de la política griega siendo ésta una iluminación para el desarrollo de las
campañas de guerra y su desenvolvimiento sanguinario al que los griegos tanto
valoraban llevando dentro de sí la ira sin freno, pero también cargando la razón
divina y la razón del hombre, sin dominar de más la necesidad de hacerlo.
Esto nos indica la duplicidad de Apolo en cuanto a su
definición en la esfera humana la cual es indescifrable, antojadiza y excéntrica
pero también es moderada, definida y conocedora de sus miserias y necesidades.
Esta faceta controlada del hombre, Apolo la manifiesta en
el oráculo pero también se puede considerar como una manera de provocar al
hombre a desobedecer estos estatutos religiosos al ser conocedores estos de la
naturaleza descontrolada y poco moderada del Dios.
También se estima el enigma provocado por el
desconocimiento humano ante acciones propias de si señalándolo como natural en
las relaciones humanas donde el hombre no es conocedor completamente de lo que
en realidad desea obtener de las otras personas con que se relaciona, manteniéndose
en una relación de deseo de conocer el verdadero fondo de lo que le inspira su
intriga.
El temor al conocimiento del enigma mismo se va atenuando
de manera gradual cuando se empieza a conocer más la esencia del mismo y se le
define como un pensamiento que no puede ser expresado con las palabras, lo que
le da una proporción mística. Pero se le reconoce en el fedón con una alegoría histórica
mencionando al enigma como una habilidad de expresión de hombres que antes
existieron, más capaces de lo que los de ahora son, y se les atribuye capacidad
divina a aquellos que en vida logren descifrar los misterios y son merecedores
de divinidad luego de su muerte.
Platón igualmente le ofrece un valor malévolo al enigma mostrándolo
como una herramienta que poniendo a prueba algo, puede también hacerlo caer,
con el uso de palabras oscuras y paradigmas.
El enigma comienza a ser usado como un juego en el que travesean
las sociedades para sus fiestas y la formación
de los niños para desarrollar su capacidad de intelecto. Aristóteles sin embargo
no cambiaba su definición poética del enigma subrayándolo como: “decir cosas
reales uniendo cosas imposibles” pero para éste decir “nada” no era lo mismo que
“decir cosas imposibles” sino que esta última es crear formulas contradictorias
que nos llevan a una conclusión real. Ya con el tiempo, los hombres pasaron, según
el nuevo fondo religioso de los griegos, de ser hombres adivinos a ser hombres
sabios, o mejor dicho, hombres que quieren, buscan y compiten entre ellos
mismos para obtener el estatus de sabiduría oficial y cierta.

SOBRE EL ORIGEN DE LA FILOSOFIA